Benegas, de Francisco J. Jurado
Título: Benegas
Autor: Francisco J. Jurado
Fecha de publicación: 24/06/2009
Páginas: 320
ISBN: 978-84-92573-49-3
Presentación: Tapa Blanda
Editorial: Almuzara
Sinopsis
Benegas no es un sabueso al uso. Es un investigador de la vieja escuela. Benegas no se deja llevar por corazonadas, intuiciones o trucos parecidos. Lo suyo es la lógica. Benegas no es un perdedor compulsivo, un alcohólico solitario con una vida complicada. Es un tipo normal que incluso quiere a su mujer. Observador perspicaz y puntilloso, perseverante y testarudo como sólo un Tauro puede llegar a serlo, el inspector tiene dos aliados a la hora de resolver los casos: una capacidad de análisis ciertamente sui géneris y un profundo conocimiento de las miserias del ser humano tras más de veinte años de carrera, el que de verdad importa. Tres asesinatos vienen a romper la plácida monotonía de una ciudad como Córdoba. El cadáver de un alto cargo de la Junta de Andalucía aparece flotando en las aguas del río Guadalquivir durante el tórrido mes de agosto. Un suicidio bajo el que se esconde un crimen que hunde sus raíces en los duros tiempos de la posguerra. Un segundo caso en el que se unen la prostitución de lujo, el sexo en Internet y la evasión de capitales con el mundo académico y universitario como telón de fondo. Y un tercer crimen - la desaparición y muerte de un joven escritor de novelas policíacas, contratado como negro por un reputado autor - que nos muestra el sórdido entramado de la compraventa de premios literarios y la fabricación de falsos prestigios en el mundillo editorial.
Opinión
Personajes:
El protagonistas es uno de esos “inspectores ficticios”, como denomina a este tipo de personajes mi hermano, que me traen la cabeza loca de lo mucho que me gustan, así que no puedo ser objetiva con él. Me encanta, simplemente. El grupo de investigadores que está a su cargo también me gusta mucho, aunque creo que cuando digo esto lo hago pensando en dos de ellos (Vázquez y Marita), que son a quienes he visto más activos en toda la narración. Los otros dos (Maqueijan y Sampedro) han permanecido en un segundo plano muy alejado, y creo que podrían dar mucho jugo. ¡Pero oye, que hay segunda parte! Aún hay esperanza.
Secundarios y sospechosos tienen un tizne real. Vamos, no nos engañemos, salen ciertas “celebridades” locales que, aunque su nombre esté cambiado, todos los que vivimos en la ciudad sabemos quienes son (o eso creo).
Tema:
Son tres casos, y cada uno de ellos, un mundo distinto. El primero, que es el que menos me ha gustado, ha tratado las rencillas que aún perviven de la Guerra Civil Española, tema que normalmente me parece soporífero e insulso a estas alturas, pero que ha sabido llevar oriéntandolo hacia una de sus vertientes: el robo de niños que se dio en España.
El segundo caso se adentra en la Universidad, tratando el tema del chantaje, de la prostitución. Vamos, el cuento chino que se tenía siempre de “esa aprueba porque le ha hecho un trabajillo al profesor de turno” llevado a su máximo esplendor.
Y el tercero y último, sobre el mundo de los escritores: de los “Ghost Writers” o “Negros”, de las compras de premio del mundillo, de las trampas. Es el más rompedor en ese sentido, porque nunca antes había leído nada sobre este asunto ni de forma tan brutal.
Trama:
Cada caso nos va guiando a lo largo de su desarrollo por las acciones y paseos de Benegas, sus interrogatorios, y las órdenes que va impartiendo a sus subordinados. Son casos que ha resuelto relativamente rápido, llevando a cabo una investigación “de libro”: recogida de pruebas, horas de estudio de las mismas y “darle al coco”. Hasta el momento de la “revelación”, que les ha llevado a la finalización de todo… o no. Porque descubrir quién es el culpable de turno no acaba con un final feliz: acaba con un juicio que, demasiado fiel a la realidad, hace que todo este esfuerzo quede en agua de borrajas, o es demasiado tarde y el daño ya está hecho. El primero en este sentido es el que menos me ha gustado: resuelto por un encuentro fortuito, pero oportuno. Demasiado oportuno y casual. Sin embargo, en los otros dos casos (y sobre todo el último), es una espiral ascendente de ritmo, aunque en el tercero hay un breve rodeo de nombres que he tenido que leer dos veces para poder aclararme de quién es quién. Pero eso ya es cosa de mis lapsus personales.
Estilo:
Me ha costado mucho adaptarme al ritmo. No sé si ha sido por culpa del estilo del autor, que floritea mucho, que se pierde a veces en frases hechas, en conceptos que redondean la idea principal, o porque hacía tiempo que no leía un libro del género. El caso es que al notar eso en el estilo, el primer caso se me ha lastrado un poco (entre otras cosas), así que me lo he tomado con calma, para adaptarme al ritmo y al estilo. Después de eso, todo rodado. Como es un policial, está plagado de la jerga típica, y quizá los que no son muy aficionados al género tengan que consultar algún par de cosillas.
Ambientación:
La acción transcurre en Córdoba, España. Mi ciudad. Mi ciudad de mierda. Puede que me meta en líos por decir algo así, pero es lo que hay. Vivo en el cortijo de unos pocos, que están donde están como los de la mafia están donde están: trampas, ilegalidades a tutiplen, empujones, despotismos… Si, ya tuve que cerrar un blog por culpa de ellos, pero ME DA IGUAL. Así que, todo lo malo que se diga de ellos, es poco. Encontrarme que la concepción del libro sobre la ciudad, y sobre quienes manejan el cotarro es la misma, o si no demasiado parecida, ha hecho que de un brinco de gusto. La realidad es la que es, y aunque tengamos que disfrazarla bajo otros nombres propios para no pillarnos los dedos, es de agradecer que alguien tenga los coj**** de contarla, aunque sea en un libro.
Nota final:
4 sobre 5. Muy recomendable.
