Embassytown. La Ciudad Embajada, de China Miéville
Título: Embassy Town. La Ciudad Embajada
Autor: China Miéville
Fecha de publicación: Junio, 2013
Páginas: 445
ISBN: 978-84-15831-00-6
Presentación: Tapa Blanda
Editorial: Fantascy
Sinopsis
En medio de la capital de un planeta ubicado en las más remotas periferias del universo, se erige la Ciudad Embajada, un enclave diplomático asentado por colonos humanos. Aquí los humanos no son la única forma de vida inteligente. Avice, una de los colonos, goza de un raro y especial vínculo con los seres autóctonos, los enigmáticos Anfitriones... Aunque no puede hablar con ellos. Los únicos humanos que han dominado su peculiar Idioma son un pequeño cuadro de Embajadores.
De repente el frágil equilibrio en que conviven humanos y extraterrestres se verá trastornado por la llegada de un nuevo Embajador. En cuanto los Anfitriones escuchen su insólito discurso, los cambios no se harán esperar. Y al avecinarse un cataclismo de proporciones incalculables, Avice se dará cuenta de que el único camino de salvación es que ella intente lo imposible: comunicarse directamente con los Anfitriones.
Opinión
Personajes:
Avice: La protagonista y narradora. Hace un resumen bastante ligero sobre su pasado, pero hace hincapié en esas vivencias que realmente le parecen importantes, y nos irá contando, sin caer demasiado en subjetividades, el transcurso de los acontecimientos. No me puedo quejar de ella. Para estar metida en un lío muy superior a ella misma, hace lo que tiene que hacer. Cumple de sobra.
Scile: Marido de Avice. Es un lingüista que procede de fuera del planeta de nuestra protagonista. La convence para que vuelva a su tierra natal, y poder estudiar así de cerca el misterioso “Idioma”, el lenguaje con el que la raza de los Anfitriones se comunican.
Embajadores: Lo pongo así, en plural, porque salen varios, pero es una figura muy importante en todo el desarrollo de la trama y el libro. Son “dobles”, dos personas unidas por un intrincado sistema tecnológico futurista, cuyas mentes están simétricamente en funcionamiento, y que solo así pueden comunicarse con los Anfitriones y hablar el Idioma. La dependencia que tiene la ciudad con los Anfitriones los ha convertido en aristocracia. El autor hace un juego muy inteligente de esa dualidad cuando se refiere a ellos. . Forma parte del juego lingüístico alrededor del cual gira todo el libro. «El Embajador dijeron...» «La Embajadora se sentaron…» Algunos de los más importantes son CalVin, amantes de Avice; MagDa, Embajadora líder; EzRa, el nuevo Embajador.
Bren: Antiguo Embajador que ahora cumple con funciones de consejero porque ya no puede ejercer, al faltarle su doppel, o su otra parte. Se le denomina “hendido”.
Ehrsul: Automa (así denominada en el libro, pero que viene a ser lo mismo que autómata o androide). Es la mejor amiga de Avice.
Ariekeis: O Anfitriones. Son criaturas extraterrestres, los auténticos propietarios del planeta donde nace y se cría Avice, donde se desarrolla la acción. Igual que pasa con los Embajadores, algunos toman más importancia que otros, aunque son muchos los que se presentan en el libro. La protagonista ha apodado a algunos según sus formas físicas, como Bailaora Española, o Colmena. Aquí debajo os dejo una foto de Bailaora Española, que se ha convertido en uno de mis personajes favoritos:
En teoria, esto es un Ariekei.
Tema:
La comunicación, las diferencias culturales y los cambios sociales.
Trama:
En la Ciudad Embajada, muchas razas, incluyendo los humanos, conviven con los auténticos dueños del planeta: los Ariekei o Anfitriones. Éstos hablan un lenguaje conocido como “Idioma”, donde solo se pueden comunicar con verdades absolutas, y que, para que sea entendible para ellos, debe ser pronunciado por lo que consideran que es un “alma”. Es decir, los automas, ni siquiera con grabaciones, pueden usarlo, por ejemplo. Y para que los humanos puedan hacerlo, necesitan ser dos, estar unidos por un vínculo y consonancia cerebral única, de ahí la existencia de los Embajadores: dos personas creadas con esa sincronía especial.
Avice, que en cuanto pudo salió del planeta al convertirse en exploradora de Inmer, la forma de viajar entre planetas, vuelve para que su marido pueda estudiar el Idioma. Su visita coincide con la llegada de un Embajador nuevo, EzRa, que va a poner patas arriba la realidad en la que hasta ahora han vivido en la Ciudad Embajada, desatando una crisis a escala global entre Embajadores y Ariekeis.
El Idioma es especialmente importante, crucial en todo esto. Todo gira, realmente, alrededor de él. Es algo más que una forma de vivir en armonia con seres que no disponen de las mismas facultades de comunicación que nosotros. Para los Ariekei, el Idioma solo puede enunciar verdades, ser puro. Durante la convivencia, figuras retóricas como los símiles han de crearse para que su lenguaje siga siendo así de perfecto. Si no existe, no es verdad, y por ende, no puede decirse. Es un tema muy interesante que nunca llegué a pensar que pudiera resultar tan complejo de tratar, ni que encerrase tanta profundidad.
Si, así me quedé mientras lo leía.
Estilo:
Sé que me he quejado en otras ocasiones de algo que aquí estoy encumbrando. ¿Recordáis la Naranja Mecánica? Si, que metía “palabros” que obligaban al lector a buscar su significado al final del libro en cada frase. Aquí no se trata solo de palabros. Es que son realidades enteras, conceptos concretos alrededor de los cuales se ha construido el mundo de EmbassyTown, como el Ínmer, o el Idioma. A diferencia del libro que he citado antes, aquí no hay ni una sola nota a pie de página, ni al final del libro. No hay nada. Al formar parte del mundo, puedes intuir lo que significan esos términos mediante las escenas, mediante los movimientos de Avice o el resto de personajes. Quizá en otras obras, esto pueda resultar negativo. Pero en este caso concreto, a mi no me lo ha parecido en absoluto. Es verdad que requiere de cierta atención para no perder detalles, pero al cabo de unas cuantas páginas, se explican solos, y estás totalmente metido en la acción sin interrupciones.
Además, el tema del Idioma es prácticamente el tema central. El cómo las palabras expresan lo que expresan, lo que hay detrás. Son conceptos que, creo, no todo el mundo puede entender con facilidad. Es algo abstracto, y que se está cuestionando desde sus raíces. Eso lo hace denso, si, pero una vez más repito que, con cierta atención, el libro se hace rápido de leer. Además, la forma en la que se expresan los Ariekei, el Idioma en general, es algo muy visual.
Ambientación:
Estamos en una urbe en medio de un planeta alienígena, con edificios que parecen estar “vivos”, que parecen orgánicos. Con ciclopadres, donde el carácter reproductivo de la humanidad ha evolucionado, con conceptos abstractos que se enfrentan a los más concretos e imposibles de tergiversar. Con razas espaciales que conviven, que las separan de la humanidad por gigantescos muros culturales e idiomáticos, y que se intentan sobrepasar por el bien de todos. Con un espacio entre mundos denominado “Ínmer”, y que para viajar por él, hace falta tener ciertas capacidades.
En definitiva, es una ambientación atrayente e inmersiva, tal y como describe el autor. Hasta lógica.
Nota final:
5 / 5
Compra obligada. Relectura, igual.
¿Qué puedo decir que no haya dicho ya en la review? No podía separarme del libro, no podía parar. Es verdad que es denso, y que quizá no sea el mejor título para empezar con el autor, pero, al menos yo, lo he disfrutado muchísimo. Me he emocionado cuando se acercaba el final, el estilo narrativo me ha impedido que cualquier otra cosa que hubiera en la habitación me distrajera. No puedo quejarme de nada. De absolutamente nada.
Directo al top de este año (y eso que aún estamos en marzo). Más que recomendado.
